There we go! On y va!
En el anterior
artículo, te dábamos una serie de consejos para salir airoso de cualquier
examen. Ahora le toca el turno a los exámenes de idiomas, que, si bien es cierto que funcionan
como cualquier otra prueba, implican ciertas particularidades. A continuación, te damos unas pautas para enfrentarte a ellos.
Los exámenes de
idiomas se suelen dividir en cuatro partes que se corresponden con las cuatro
destrezas que hay que dominar en una lengua: comprensión oral,
comprensión escrita, expresión oral y expresión escrita. Vamos a ver primero qué consejos puedes aplicar a la hora de realizar las comprensiones. En estas pruebas se mide
la capacidad del alumno de entender un texto oral o escrito, es decir, el listening y reading en inglés, la comprénsion à la lecture y el écoute en francés o el Lesen y Hören en
alemán, y
así sucesivamente.
LEE UNA VEZ. PIENSA. VUELVE A LEER. ACTÚA
Ante todo y aunque parezca muy obvio, lee bien los enunciados. Presta atención a lo que se te pide y contesta a cada uno de los puntos que aparece en cada pregunta.
REMÍTETE A LO QUE
ESCUCHAS/LEES, NO A LO QUE SABES
Contesta sólo a lo que se te pide. Puede que tengas nociones sobre
el tema sobre el que se habla en la lectura o en la escucha. No hagas
suposiciones de ningún tipo. Simplemente remítete a responder lo que estás
leyendo o escuchando.
CONOCE LA PRUEBA
Practica exámenes
de años anteriores, ya que te familiarizarán con el tipo de ejercicios que vas
a tener que hacer el día de tu examen. Muchas veces, se trata más de ser ágil y
conocer el tipo de prueba que de saber mejor o peor el idioma, aunque es
evidente que tu nivel es tu primer aliado.
PRECISIÓN
En ocasiones, las
pruebas son tipo test y, por lo tanto, tendrás que elegir entre varias
respuestas. Muchas veces te parecerá que todas ellas se exponen en el
texto (oral o escrito), sin embargo, sólo una de ellas es la verdadera porque,
aunque toda la información se diga, en realidad, hay una que es más precisa,
más verdadera, más apropiada. Aquí precisamente se mide tu capacidad de
extrapolar datos y tu habilidad a la hora de encontrar los detalles dentro de
un conjunto de información.
SÉ TODO OÍDOS
En cuanto a la
comprensión oral (listening, écoute,
etc.), escanea las preguntas para tener una noción del tipo de escucha que vas
a hacer, el tema sobre el que va a versar, el vocabulario que vas a tener que
activar… Luego, abre bien los oídos y, si en la primera escucha no entiendes
nada, date otra oportunidad. No te preocupes: hay una segunda escucha en la que
podrás confirmar o volver a escuchar la información que precisas. La primera
escucha sirve para ponernos en situación: averiguar en qué contexto se produce
la conversación, cuántas personas intervienen, qué acento tienen... La segunda escucha será más atenta y
productiva. ¡No te pongas nervioso si a la primera no has entendido nada!
LEE CON LOS CINCO
SENTIDOS
En cuanto a la
comprensión escrita (writing, lecture,
etc.), trata de leer el texto al menos dos veces. Una primera para saber de qué
trata y una segunda para buscar las respuestas. Habrá palabras que desconozcas. No te preocupes: el contexto te dará
pistas acerca de su significado. Y si no es así, intenta desglosar la palabra y
buscar en ella una raíz que te traiga a la mente su posible
sentido. Por ejemplo, si
desconoces la palabra Krankenhaus del
alemán, pero sabes lo que significa el adjetivo krank por un lado (enfermo) y el sustantivo Haus (casa)
por el otro, llegarás a la conclusión de que casa de enfermos es hospital
en alemán. O quizás ocurra que la palabra desconocida se parezca a una de otro
idioma que conoces. Eso sí, ten cuidado con los falsos amigos.
Los falsos amigos son palabras de otro idioma que nos recuerdan a alguna del nuestro porque suenan y/o se escriben muy parecidas. Por ejemplo: sensible en inglés significa sensato (no sensible) mientras que sensitive es sensible. Lo mismo ocurre en francés con palabras como entendre que es el infinitivo del verbo escuchar y no del verbo entender.
Los falsos amigos son palabras de otro idioma que nos recuerdan a alguna del nuestro porque suenan y/o se escriben muy parecidas. Por ejemplo: sensible en inglés significa sensato (no sensible) mientras que sensitive es sensible. Lo mismo ocurre en francés con palabras como entendre que es el infinitivo del verbo escuchar y no del verbo entender.
Pasemos ahora a
la expresión oral y escrita, es
decir, el speaking y writing en inglés, la expression orale y la expression écrite en francés, Mündlich y Schreiben en alemán, etc.
INVENTA. ESTO NO
ES LA MÁQUINA DE LA VERDAD
De nuevo, lee
bien y recuerda: estás haciendo un examen en el que tienes que
demostrar un nivel de lengua; no importa si la información que das es verdadera
o falsa. Si hace falta, invéntate una historia, pero ¡no te quedes en blanco!
CONTESTA A TODO
LO QUE SE TE PREGUNTA
Trata todos los
puntos que se mencionan en el enunciado. Puede que hayas hecho una prueba
excelente, pero no hayas tratado todos
los temas que se piden en la tarea y, sólo por eso, te quedes sin los
puntos necesarios para aprobar.
NO SEAS TARZÁN
Cuando hablamos o
escribimos damos cachitos de información que normalmente no se sueltan sin más, sino que vienen unidos por una serie de palabras que hacen que el discurso sea
más fluido y no una mera lista de frases sueltas. Se llaman conectores y ¡hay que
usarlos! Observa la diferencia entre estas dos oraciones:
Fui al cine con Diego. Vi Titanic. Miriam y María
cenaron en un restaurante mexicano. Bebimos algo juntos.
Ayer fui al cine con Diego, pero Miriam y María
fueron a cenar a un restaurante mexicano. Después de ver Titanic fuimos a
buscarlas y tomamos algo juntos.
NO SEAS
AVENTURERO
Durante la
prueba, usa las expresiones, vocabulario y gramática que sabes. Está bien
intentar fórmulas nuevas, pero no lo hagas justo el día del examen. ¡Para eso tienes todo el curso!
A partir de aquí
una serie de recomendaciones para tu examen oral:
IMPROVISA LO
MENOS POSIBLE
Normalmente,
tienes un tiempo de preparación antes de la prueba oral. Prepara un pequeño
guion (si puedes tomar notas, usa papel y boli) con todos los puntos que debes
tratar, memorízalo y sigue ese orden cuando ejecutes la actividad. Gestiona
bien el tiempo para que los distintos temas de los que hables tengan un
equilibrio a la hora de presentarlos.
¿CUÁNTOS JUGADORES SOIS?
Ten en cuenta si
el examen es un monólogo o un diálogo. En el primer caso, gestiona tu tiempo y
atiende a tu discurso. En el segundo, recuerda que debes interactuar con la
otra persona y, por lo tanto, hacer preguntas y dar respuestas demuestra la
existencia de dos interlocutores que colaboran en la conversación y que no
repiten lo que el otro ha dicho ya. No lleves tú todo el peso de la misma, pero
tampoco dejes que sea el otro quien lo lleve.
PERDÓN, QUERÍA
DECIR…
Autocorrígete. Si
mientras hablas te das cuenta de que cometes un error, vuelve a decir esa
palabra mal dicha o esa estructura mal hecha, de forma correcta. ¿Acaso no
hacemos lo mismo cuando hablamos en nuestra propia lengua?
DA UN RODEO
Si ocurre que en
un momento determinado no te sale una palabra que en realidad sabes, da un
rodeo y explícala de otra manera. Por ejemplo, si no eres capaz de decir
barato, puedes expresar esta idea así:
No es caro.
Cuesta poco dinero.
TRANQUILO
Si te quedas en
blanco, respira hondo, date unos segundos y vuelve a empezar. Todos nos ponemos
nerviosos. No es una señal de que no sepas hacerlo bien, simplemente una señal
de que te importa lo que estás haciendo. Coge aire, échalo, despéjate y vuelve
a empezar, pero nunca, nunca, tires la toalla.
Por último, una
serie de consejos para tu expresión escrita:
UN POCO DE ORDEN
Haz un boceto con
aquello de lo que quieres hablar y organízalo en ideas. Las ideas que hablen
sobre el mismo tema irán en el mismo párrafo y siempre existirá una continuidad
entre un párrafo y el siguientes. En cualquier caso, no te repitas. No des
vueltas sobre la misma idea una y otra vez. Si la dices clara a la primera,
todo el mundo te entenderá.
¿QUÉ TE PIDEN QUE
ESCRIBAS?
Lee atentamente
el enunciado y comprueba si quieren que escribas una carta a un amigo o al
director de una empresa, una redacción sobre ti mismo o un análisis de datos y
diagramas, una invitación a una fiesta o un artículo para una revista. Una vez
tengas claro el tipo de mensaje y el destinatario, emplea las fórmulas de
apertura y cierre correctas y dirígete a tu interlocutor de la forma adecuada.
Quizás eres de
los que son capaces de escribir un borrador entero y luego pasarlo a limpio, o,
a lo mejor, eres de los que escriben directamente en el papel del examen. En
cualquier caso, presta mucha atención a:
- la
presentación
- la ortografía
- la puntuación
- la gramática
- los conectores
- las repeticiones
- la gramática
- los conectores
- las repeticiones
Intenta gestionar
tu tiempo para que te sobren al menos 8 minutos para repasar lo que has
escrito. En este momento tienes que volver a comprobar la ortografía, las
concordancias entre sujetos y predicados y entre nombres y adjetivos, la gramática
y las repeticiones que, si existen, deben ser sustituidas por sinónimos. ¡Ah!
Si te confundes, haz una raya sobre el error: los tachones son feos y
ensuciarán tu presentación
1,2,3,4...150
Cuenta
el número de palabras. Normalmente el epígrafe te indicará cuántas palabras
puede contener tu escrito. Para no perder el tiempo contando cada palabra, enumera las de la primera línea y multiplícalas por la cantidad de líneas de tu texto. En general, hay un margen por
encima y por debajo de ese número, pero ¡ni te quedes muy corto ni te excedas!
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